Por Glennys Torres
Maestra de inicial/ Psicóloga escolar.
La naturaleza en sus diferentes manifestaciones nos
enseña mucho. Al observarla, podemos ver que los animales, cuando son
pequeñitos, son muy traviesos y así consiguen adquirir las habilidades
necesarias que los capacitarán para su vida adulta. Por ejemplo, los gatos,
cuando son cachorritos, son muy juguetones. Todo lo que se mueve es una
estupenda oportunidad para demostrar sus pericias de cazador, por lo tanto, es
evidente que el juego se constituye en una actividad idónea para adiestrarlos.
En los seres humanos ocurre algo parecido. Mediante el
juego los niños adquieren destrezas que le serán útiles para su desarrollo
cognitivo, motor (desarrollo músculo-esquelético), social (resolución de
conflictos, normas sociales, relaciones interpersonales), de expresión y
emocional. Es una de las actividades más primarias y universal de las personas.
Además, fue reconocido en la declaración de los Derechos del Niño, adoptados
por la Asamblea de la ONU el 30 de noviembre del 1959, en el principio 7 donde
se afirma que “el niño deberá disfrutar plenamente de juegos y recreaciones: la
sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este
derecho”.
Para Pugmire-Stoy (1996) el juego “es el acto que
permite representar el mundo adulto, por una parte, y por la otra, relacionar
el mundo real con el mundo imaginario”.
En concordancia con lo anteriormente dicho, el juego
ayuda a incrementar la creatividad y a que nos desarrollemos como entes
sociales, razón de peso para fomentarlo. Es por esto que, se considera propicia
la época que se aproxima, la de los reyes, para presentarles algunas de las
ventajas y aspectos que debemos conocer a la hora de optar por el mejor juguete
para nuestros pupilos.
Se sugiere que se seleccione un juguete que esté
acorde con la etapa de desarrollo del niño, que no fomente la violencia, que
sea seguro, de un material no tóxico, de colores variados y llamativos, que lo
rete a nivel cognitivo y motor, además, que le interese, entretenga y que
fomente su independencia, que agudice su atención y memoria.
Es de suma importancia que se escojan juguetes
educativos, entre ellos rompecabezas de figuras-cuerpos geométricos, números,
letras y de operaciones básicas, que enseñen historia, sobre el espacio, la
ciencia, experimentos y de ambiente, de asociación, de encaje, ensarte,
construcción y juegos lógicos como dominó, relojes, juguetes sensoriales donde
deban utilizar la pinza digital (ya que esto le ayudará con el buen agarrado
del lápiz y por ende buena escritura) y de habilidades básicas, como son
autocuidado, abotonar, cerrar un zíper, atarse los zapatos (se recomienda la
línea Montessori) que desarrolle las artes y sus talentos en la pintura y la
música.
Finalmente, para los niños, jugar no es solo un
pasatiempo; sus juegos están relacionados con el aprendizaje, su desarrollo
integral y el conocimiento del mundo a través de sus propias emociones, dando a
conocer paulatinamente su personalidad. Así que se invita a no restarle
importancia.
Creemos en la niñez experiencias gratificantes,
propiciando estímulos positivos, que son los que crearán en su cerebro las
conexiones neuronales o sinapsis que utilizará a lo largo de toda la vida.
La
autora Glennys D. Torres Salazar M.A., es licenciada en Educación Inicial y en psicología escolar, con maestría en Educación Inicial. Labora para el Ministerio de Educación.
https://www.eljaya.com/133381/el-juego-y-su-importancia-en-el-desarrollo-integral-del-nino/